A blog of an amateur philosopher

Wednesday, May 30, 2007

A Vote Pronto

Hoy he leído una noticia en ELPAIS que habla sobre las posibles aspiraciones presidenciales de Ruiz Gallardón y la acogida de esta idea por parte del núcleo del PP. Hace 2 días fueron las elecciones autonómicas y obtuvo más del 55% de los votos como alcaldable por Madrid (y lleva 12) invirtiendo la tendencia de los resultados de algunos de sus miembros de partido más extremistas en otras comunidades. Y estas cosas no suelen pasar porque sí.

Un comentario publicado al pie de esa noticia me ha llamado la atención: Era de alguien que le había dicho en persona a Gallardón que se había equivocado de partido, a lo que este respondió que lo más importante era mantenerse fiel. En este aspecto el fútbol es diferente que la política. Mientras que en el fútbol los jugadores se van cambiando de equipo y los seguidores se mantienen fieles, en política sus miembros se mantienen fieles y sus seguidores cambian o deberían cambiarse de partido dependiendo de quien esté jugando mejor. Y es que no se puede generalizar acerca de un partido en el que convergen tendencias tan diferentes como la representada por Gallardón y por ejemplo Acebes y Zaplana. O en el equipo rival entre Zapatero e Ibarra, por decir algo.

Algo que tampoco suele dar muy buenos resultados en fútbol es que los entrenadores se empeñen en alinear a sus propios hijos o allegados. O que como Florentino Pérez hizo, un presidente se retire pero presente a un candidato pretendiendo seguir dirigiendo el club desde la sombra como intentó hacer Jose María Aznar con Mariano Rajoy (aunque *casi* lo consiguiera). Porque en todos los ámbitos de la vida existe algún tipo de selección natural que pone a cada uno en su lugar y Mariano Rajoy no tiene ni el suficiente carisma ni el suficiente talante ni la suficiente capacidad de liderazgo para llevar al PP a ganar las elecciones partiendo desde la oposición. Y Gallardón sí. Especialmente cuando el PSOE está en un momento en el que gusta pero no enamora, lo mismo que su presidente Zapatero. En un momento en el que los dos partidos principales tienden al centro para hacerse con los votos de aquellos que, como yo, prefieren ser infieles y votar de forma práctica, al equipo que más me ilusione.

Desde luego la política está mucho más burocratizada que el fútbol en España y sus entrenadores no entran ni salen al ritmo que lo hacen en nuestra liga. Aspiraciones políticas del nivel de Gallardón requieren su proceso de gestación y creo que como medio-centro listo que es ha sabido escoger un momento muy adecuado para poner las cartas sobre la mesa. En un momento en el que las tendencias hacia la exagerada derecha y casposidades varias están en declive y en el que el PP se debería dar cuenta de moverse hacia el centro es la mejor opción de optar a algún título las próximas temporadas. Pero como he dicho todo proceso de cambio en el seno de los partidos requiere su tiempo porque todo líder o semi-líder se encarga de sembrar raíces e influencias a su alrededor que lo protejan de las inclemencias del tiempo.

Rajoy seguirá como candidato del PP a las próximas elecciones, y las perderá. Esto le dará una nueva legislatura al PSOE, una nueva oportunidad para demostrar que son capaces de aplicar políticas modernas y comprometidas y de demostrar que ventajas tangibles pueden ofrecer a sus votantes con respecto del PP, cuya mayor baza fue la eficiente política económica que los socialistas se limitan a continuar. Además, creo fervientemente en la alternancia de partidos y así el PP verá que la estela dejada por Aznar ya no da más de sí y deben volver a la moderación que caracterizó el primer gobierno de éste. Entonces Gallardón será elegido presidente del Partido Popular y será elegido presidente del gobierno, porque a algunos nos da igual el pin que visten sobre sus solapas nuestros líderes, solo queremos que utilicen su cabeza para modernizar España y no para espolvorear paulatinamente caspa sobre sus solapas.

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